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“Debemos redefinir los estereotipos de las mujeres que trabajamos en temas humanitarios”

“Debemos redefinir los estereotipos de las mujeres que trabajamos en temas humanitarios”

Paola Avello tiene 48 años, trabaja en World Vision Chile como Coordinadora Nacional de Asuntos Humanitarios y Emergencias y nos comparte la pasión que la mueve desde niña.

 

“En la década de los 80 recuerdo haber visto imágenes de la campaña “We are the world”, por la hambruna en África, y sentir un profundo llamado para ser parte de iniciativas como esas. Pero tenía sólo 12 años”. Así describe Paola Avello uno de los recuerdos de infancia que la marcó para toda su vida.

En febrero de 2010 un terremoto de 8,9 grados sacudió a Chile, principalmente a la zona sur y la ciudad natal de esta mujer, Concepción, que fue devastada por el movimiento telúrico, pero además por un maremoto que arrasó con varias localidades.

“Fue ahí, en ese momento, cuando me reencontré con ese sentimiento de niña y me ofrecí a trabajar de voluntaria para la organización World Vision. Semanas más tarde me invitaron a coordinar los llamados “Espacios Amigables para la Niñez” y comencé una meteórica ruta humanitaria donde cada paso es más apasionante que el anterior”, cuenta.

Paola (48) es casada, madre de seis hijos, psicóloga y el mundo humanitario es su pasión. Se ha formado y aprendido a través de la experiencia directa e indirecta, colaborando en respuestas a desastres nacionales e internacionales. A lo largo de estos casi últimos 10 años se ha posicionado como la especialista para la protección de la infancia de esta organización de la sociedad civil.

Hoy ocupa el cargo de Coordinadora Nacional de Asuntos Humanitarios y Emergencias, lo que implica prepararse para eventuales emergencias por desastres de origen natural o antrópico, es decir, provocados por el hombre, como atentados, guerras, entre otros. Una de las formas de hacerlo, según cuenta, es capacitando a comunidades, estudiantes, iglesias para que puedan ser los primeros en responder a emergencias con el apoyo de un grupo de voluntarios profesionales, también apasionados por la gestión del riesgo.

“Ser humanitario es honrar la dignidad de las personas afectadas por emergencias o situaciones críticas, reconociéndoles como iguales a mí, tratándoles con respeto, brindándoles lo que les corresponde por derecho con altos estándares y compromiso”, dice convencida.

A “Pola”, como la llaman en su hogar, la mueven las personas, la inspiran, especialmente los padres y madres que descubren cómo cuidar a sus niños y niñas aún en circunstancias adversas. Se esfuerza en que, tanto su equipo como otros colaboradores comprendan que la acción humanitaria es un mandato universal, que sumarse a estas iniciativas es un privilegio, y hacerlo en silencio, sin buscar protagonismos, aportar a la dignidad de las personas.

En ese mismo sentido Paola destaca la importancia del trabajo que se realiza con la OIM, con quienes en conjunto permite hacer visible la movilidad de las personas y el derecho a la dignidad sin importar su origen, convirtiéndose en la voz y apoyo local.

Pero no todo es color de rosa. Según advierte la experta, aún hay tareas que tenemos como sociedad, como los estereotipos. "Creo que debemos redefinirlos, tanto hacia las mujeres que trabajamos en este ámbito, como para las mujeres afectadas por las crisis. En ambos casos se nos encasilla con frecuencia en roles secundarios, de apoyo y cuidado, cuando en efecto se ha comprobado que somos resilientes y muy capaces de liderar espacios para la respuesta y recuperación temprana. Aún cargamos con culpas por dejar “la casa” o “la familia” para ocuparnos en labores fuera, algunas para trabajar en la respuesta humanitaria y las otras para buscar cómo recuperarse de la crisis” reflexiona.

Paola se caracteriza por ser una mujer autónoma e independiente, autoexigente, desapegada a las cosas materiales, creyente, con un profundo apego a su familia y gran vocación por el trabajo humanitario. Por eso sigue trabajando diariamente para alcanzar su próximo sueño: tener un equipo itinerante que permita capacitar y preparar comunidades locales de América Latina para dar respuestas más eficientes, especialmente en temas como niñez en emergencias y primeros auxilios psicológicos.